martes, 28 de diciembre de 2010

Tradición

Aquí estamos de vuelta, con una imagen un poco renovada en el blog, pero no demasiado lograda ya que nunca he sido muy manitas en este mundillo del diseño.
Más bien sufro cada vez que tengo que hacer algo.

Como manda la tradición de los últimos años, el dia 24 de diciembre subimos a hacer snowboard. Y cómo manda la tradición, fuimos a Arcalís. Con todo el Pirineo Oriental agonizando por las pasadas lluvias, confiábamos en una entrada de norte y en la habilidad de Arcalís de ser una nevera para pilla un poco de powder.

Y Arcalís no falló, como nos tiene acostumbrados, siempre responde a las expectativas. Es un lugar privilegiado y no me canso de decirlo. Donde en otros sitios tienen lenguas de nieve artificial entre prados verdes, en Arcalís estás petando palas llenas de pow.
Ahora, tuvimos otro compañero, un poco molesto la verdad. El viento. Creo que nunca en mi vida he pasado tanto frío en una estación de ski. Ni en Noruega ni en Suecia, estando a -21 pasé tanto frío. El viento se te metía por todos lados, y sumados a los -7 grados que había en la base de la estación, te dejaba sin energías a un ritmo brutal.

Aún así disfrutamos muchísimo del día alternando ratos por el bosque y por la Portella, pillando powder en ambos lados.

A mediodía empezó a soplar más fuerte y decidimos que era momento de irnos, que no queríamos llegar muy tarde a la cena con la família.

Dejamos atrás zonas que estos días gente se encargarían en dejar su marca, como Creussans, Tristaina, Port del Rat... si es que en Arcalís siempre hay cosas que hacer.

Fotos cortesía de Berta.





Y ahora, a darle caña al splitboard.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Lo que el agua se llevó

Purísima de cambios la que hemos pasado.
Aunque nos quede un agradable sabor de boca, siempre te planteas cómo hubieras sido si no hubiésemos tenido este frente de Sur-Oeste que regó todo el país, llevándose primero las bajas temperaturas, y segundo la nieve en muchos puntos del Pirineo.

El viernes llegamos a nuestro cuartel general favorito de todo el Pirineo, en Vielha, con la gélida temperatura de -6 grados y todo nevado. Nos levantamos pronto y cogemos el coche en dirección contraria a la que llevan todo el mundo, nosotros dejamos Baqueira a nuestra espalda y nos dirigimos a la boca norte del tunel de vielhe, objetivo Port de Vielha. Quizás es un buen día para pagar forfait debido al paquete que hay, pero nos apetece tranquilidad y montaña, no stress y pose.
Nos calzamos splitboard, raquetas, skis y skis de telemark, y empezamos a caminar por la pista, con nieve polvo por todos lados y un fresco considerable que hace que todo mantenga un aspecto más típico de paises nórdicos que no de los pirineos a principios de diciembre.




Un buen mirador del Valle de Aran, donde se puede apreciar el grosor considerable de nieve.



Seguimos metidos dentro del bosque, ganando pendiente rápidamente, hasta que llegamos a la Cabana deth Pontet, dónde ya notamos una brisita gélida, y en frente vemos toda la zona del Port de Vielha. Nos quedamos impresionados con el lugar y las posibilidades que tiene, y además no hay ni una traza, sólo las huellas de animales, cosa que nos hace sentirnos más especiales aún.



Seguimos caminando por un poco de plano, y finalmente el sol aparece. Nos quedamos parados para recibir los primeros rayos de sol de la mañana, la verdad es que sientan de muerte para nuestro cuerpo, nos da un poco de energía extra. Empezamos a ganar pendiente, y ya llevo un rato abriendo traza relevando a Arnau. La nieve me llega más arriba de la bota, y eso que voy con el splitboard. Realmente, hay paquete.

Seguimos subiendo, haciendo un esfuerzo extra, pero el sitio y la nieve merece la pena. Al salir a una pequeña cresta, notamos el viento bastante fuerte, cosa que no nos deja pararnos si no queremos congelarnos vivos. El viento sigue arreciendo y Roger no puede más, sus botas de alpino le pesan demasiado además de venir medio resfriado. Decidimos subir hasta el collado que vemos encima nuestro, ya bastante cerca del Port de Vielha, pero una mirada arriba nos hace ver como toda la nieve del collado se está levantando de una manera espectacular. Parece que sopla ahí arriba.

El viento es muy fuerte ya en esta zona, y finalmente decidimos que no vale la pena subir hasta el collado ya que va a estar todo venteado, y nos quedamos a pocos metros de éste. Estamos aún a principios de temporada y ni el estado de forma, ni la técnica son los óptimos, así que no nos importa dejar aquí la ascensión. Tenemos una bajada por delante para disfrutar con una nieve impresionante.

Montamos los cacharros para bajar, y para allá vamos. Heather elige una ruta de menos pendiente para sus skis de telemark, mientras que Roger, Arnau y yo cogemos la ruta de subida, que hace nuestras delicias en la bajada ya que el grosor de nieve es más que considerable al ser una zona de sotavento. Roger lo deja bien claro, nunca había esquiado sobre tanta nieve!
La verdad es que el paquete de polvo seco es bastante serio.

Seguimos bajando hasta el plano con una sonrisa enorme, allí esperamos a Heather que viene aún más contenta de la nieve que ha pillado.
El viento anterior se ha convertido en un vendaval importante, con incluso la creación de mini-tornados que incluso cuesta mantenerse en pie, por no hablar de la nieve que arrastran.

Me saco el guante para echar una foto de la zona aún a riesgo de perder la mano por el frío que hace.



El descenso continua por la misma pista que subimos hasta llegar hasta el coche, y con Roger bastante destrozado ponemos rumbo a casa.

El paseíto por Vielha por la tarde nos confirma que nuestra elección fue la mejor ya que hacía tiempo que no veía a tanta gente por el Valle de Aran... y pensar que toda esta gente estaría en la estación de ski... uff...

Al día siguiente nos levantamos con el cielo nublado y un viento bastante fuerte, además de que está lloviendo en Vielha. Parece ser que el cambio de tiempo se ha anticipado un poco en el Valle de Aran.
Perdemos a Roger para este día, y ponemos rumbo a intentar el Tuc de Salana. Llegando allí el panorama es bastante desolador... la cota de nieve está bastante alta, y el viento es muy fuerte. Aún así decidimos ponernos los trastos y coger la pista que lleva a Banhs de Tredós. Motos de nieves y trineos con perros nos acompañan en el camino, y vemos como la temperatura va subiendo y todo lo que ayer era polvo, hoy ha transformado y ha quedado muy húmedo.

Echamos la vista atrás y vemos que la subida de temperaturas está haciendo daño a la cantidad de nieve. Maldito frente de sur-oeste...



Después de llevar un rato caminando y ver el panorama, decidimos que no vale la pena subir al Tuc de Salana, el viento es demasiado fuerte aquí abajo, así que a la que salgamos de la zona resguardada puede ser aún más fuerte. Seguimos disfrutando de nuestro paseo por el bosque, cada uno a nuestro ritmo, hasta llegar a la zona de Banhs de Tredòs, con un fuerte viento y "calorcito", 4'6 grados marca el termómetro.
Hace unos 4 meses que pasamos por aquí en verano, ésta vez con nuestras bicis, y el paisaje ha cambiado bastante.



Nos descargos los trastos y hacemos un té para descansar un poco. La verdad es que el sitio en sí es muy relajante, y la zona preciosa, con la entrada a Aigüestortes bien cerca, seguro que volvemos este invierno.

La vuelta la hacemos por la pista, ya con verdaderos problemas debido a la humedad de la nieve, pero con algun empujoncito con los palos se convierte en un agradable paseo de vuelta por el bosque.

El panorama ya pinta bastante desolador... dan cotas de nieve de 2400metros y el calor es considerable. 15 grados en Vielha, y lloviendo intermitentemente.
Nos tomamos el lunes de descanso, y después de valorar otras opciones, el martes decidimos subir igualmente, ya que para eso hemos venido, no?

Esta vez escogemos el Pla de Beret como punto de salida para la excursión, y intentaremos el Tuc de Parros o el Cap de Clòsos, por el Valle de Parros. Llueve y hace viento, pero siempre es agradable dar un paseo por la montaña, y más para Arnau con su recién alquilada splitboard.
Las pistas empiezan a presentar alguna mancha marrón, y es que tanta gente pasando por la misma pista además de las altas temperaturas acaban por destrozar todo. En la montaña hay mucha nieve, aunque muy húmeda.



Subimos por el valle de Parros y vemos que si bajamos por aquí nos va a tocar remar de lo lindo, esta nieve parece super-glue. Dejamos el tuc de dossau a la espalda y seguimos subiendo hasta que se nos abre la vista del Tuc de Parros.
El tiempo va variando bastante, a veces parece que va a despejar totalmente, pero las nubes siempre vuelven, acompañadas de viento y lluvia.



Finalmente elegimos el Cap de Clòsos, ya que así tendremos un descenso más directo hasta el coche, que con la calidad de la nieve se agradece.

Encaramos la última pala Norte-NorOeste del pico, viendo como caen aludes de fusión en la otra cara. La pala pinta bastante estable así que subimos con confianza, hasta el último tramo, que no viéndolo claro, decidimos tirar recto hasta la arista, caminando por rocas. A todos nos va más o menos bien, con algo de sudor, Roger tiene algun problema más debido a la suela de sus botas, pero todos llegamos al pico en medio de un vendaval que hace que casi pierda mi tabla porque sale volando.

Desde aquí tenemos unas vistas privilegiadas: la estación de esquí de Baqueira Beret, el valle de Unhòla, valle de Montgarri y más montañas que las nubes nos tapan.

Nos caen 4 copos contados encima nuestro, realmente la cota estaba dónde decía la meteo, a 2400. Montamos cacharros otra vez, ya tengo bastante pillado el truco a esto de montar y desmontar el split, intento hacer una foto pero el viento y la lluvia hace que se me moje el objetivo y no valga mucho la pena.



Empezamos el descenso, y me gustaría decir que el descenso fue un buen descenso, pero no fue así. La calidad tan húmeda de la nieve y el relieve hizo que sólo pudieramos bajar en condiciones la primera parte, y aquí empezó un calvario que duró más de lo esperado ya que la tabla no deslizaba para nada, así que finalmente hubo que desmontar la tabla y volver caminando.

Pero de eso se trata el snowboard de montaña, no? de disfrutar tanto la subida como la bajada, y en este caso se disfrutó más de la subida!

Y ahora, a esperar que vuelva a nevar y las montañas vuelvan a teñirse de blanco